jueves, 17 de noviembre de 2011

Las posiciones de E2000 (V): Nuestra política internacional

Hasta el 8 de noviembre de 1989, cuando cayó el muro de Berlín, Europa había estado dividida desde 1945 en dos bloques. Este ciclo se conoce como la Guerra Fría y supuso la existencia de un duopolio para repartirse la hegemonía mundial EEUU y la URSS, los dos grandes vencedores de la II Guerra Mundial se repartieron el mundo y se enfrentaron a lo largo de 40 años. Pero hacia mediados de los años 80, la URSS empezó a tener problemas (no pudo soportar la Guerra de las Galaxias que le impuso Reagan y no disponía de presupuesto suficiente para responder, su cadena de alianzas defensivas, el Pacto de Varsovia, estaba muy debilitada por la defección polaca, sus tropas estaban empantanadas en la guerra de Afganistán y, para colmo, el sistema comunista se había esclerotizado.

A partir de la caída del muro de Berlín y de la victoria de las tropas norteamericanas sobre Irak en la guerra de Kuwait, hicieron que a partir de 1989, con la URSS derrotada, se entrara en un nuevo período: del “bilateralismo” de la guerra fría, se pasó al “unilateralismo” que abarcó desde 1989 hasta 2007, este es el período dorado del “imperio americano”, pero también de la globalización.

Sin embargo, a partir del inicio de la  crisis de las subprime en 2007 empezó a percibirse que la globalización generaba un sistema económico mundial desequilibrado muy sensible a cualquier pequeña alteración y asimétrico en cuanto a sus resultados. Por otra parte, a partir del año 2000 empezaron a aparecer actores políticos regionales (Brasil, Irán, India) no considerados hasta entonces, fenómeno que se unió al emerger de Rusia como potencia reconstruida tras la catastrófica gestión de Boris Eltsin y a la consolidación de China como superpotencia.


Estos acontecimientos coincidieron con la agudización de la crisis norteamericana que se dejó traslucir por sus 12 billones de dólares de deuda externa, su incapacidad militar para vencer en Irak y Afganistán, la financiarización creciente de su economía, el aumento de la pobreza y, especialmente, por la aparición de minorías étnicas que rompían el monopolio cultural anglosajón (especialmente, hispanos).


En el momento de escribir estas líneas, todo induce a pensar que se ha alcanzado hace tiempo el límite del “unilateralismo” y que nos encaminamos a un ciclo histórico en el que el “multilateralismo” será la regla. Y en esta circunstancia es preciso que tengamos claro qué somos, lo que somos, quienes son nuestros aliados y cuál debe ser nuestra política interior. Por eso, cuando nos dicen que E2000 carece de ideas en política exterior, nosotros decimos, estas son nuestras ideas:


Consideramos que el “multilateralismo” es superior al “unilateralismo” y al “bilateralismo” inmediatamente anteriores, de la misma forma que una banqueta es más estable apoyada en cuatro patas que en una o que en dos. Por otra parte, la posición de ponerse a remolque de los EEUU, es una postura absurda: los imperios no tienen “aliados”, tienen “vasallos”. Pues bien, ésta ha sido la postura tanto de Aznar como de Felipe González, como de Zapatero especialmente en su segunda legislatura.


Queremos la independencia del poder imperial declinante de los EEUU. Somos una nación soberana que está condicionada por su situación geopolítica: país europeo situado en un extremo de Europa, puente con América. Estamos anclados en Europa, tenemos frontera común con países europeos y somos herederos de la cultura greco-latina y cristiana. Nuestros vínculos con los países europeos son superiores a los que tenemos con cualquier otro bloque geopolítico: somos Europa, sin embargo, hay que matizar esta idea.
El tratado de adhesión de España con la UE se negoció mal y fue lesivo para amplios sectores de nuestra economía. Fue el pago de Felipe González a la socialdemocracia alemana por haberle reconstruido el PSOE durante la transición. Se trata de renegociar este acuerdo. Sostenemos un SI a Europa, pero un NO a esta Europa.


Otro tanto cabe decir de la OTAN: esta estructura no es más que una alianza al servicio de los EEUU. Europa tiene hoy intereses muy distintos a los de EEUU. Necesitamos unas fuerzas armadas eficaces dentro de un contexto de defensa europea. Nos negamos a que nuestras tropas participen en aventuras coloniales (Afganistán, Irak, etc.) en donde no nos jugamos nada y en donde no existen intereses de defensa nacional. El retorno de nuestros soldados de Afganistán, es urgente, necesario e indiscutible y a la voz de ya y debe ir en paralelo a la disolución de la OTAN en sus actuales circunstancias y a la formación de una Comunidad Europea de Defensa.


En la actualidad algunos proyectos científicos son inviables sin la cooperación de varios Estados. Sólo queda delimitar cuál es nuestro marco geográfico: Europa, por supuesto. Europa es hoy relativamente homogénea y culturalmente procede del mismo marco, por lo que sus naciones están llamadas a cooperar. Sostenemos que la ruptura con la globalización debe de protagonizarla Europa configurándose como un bloque de poder político y económico emancipado completamente de la alta finanza internacional y de los EEUU.
Sostenemos que “Europa” es un concepto amplio que abarca desde Lisboa hasta los Urales y que ese bloque puede ser autónomo, coherente y garantizar la independencia de cada una de sus naciones a condición de someter al capital financiero internacional y a erradicar su poder.


La colaboración de Europa con América puede realizarse solamente a través de España que debe de operar como puente entre ambos continentes aprovechando el hecho de que nuestro idioma está hablando hoy por 450 millones de personas, incluso en los EEUU, en donde ya es idioma mayoritario en algunas zonas.
Por otra parte,  España debe de estar pendiente de lo que ocurra en su entorno inmediato, especialmente en el Magreb. La política a adoptar en esa dirección es simplemente de contención. Esa contención puede realizarse a través del Mediterráneo y de establecer en ello uno de los pilares de la defensa europea común.


En la actualidad, la política internacional parece algo alejada de los intereses de las poblaciones. Sin embargo, no lo está. Una variación en el precio del trigo repercute inmediatamente en la bolsa de la compra. Es preciso tener en cuenta que la crisis económica internacional introduce un factor de riesgo. El capitalismo tiene tendencia a salir de sus crisis organizando guerras de destrucción masiva. En el momento actual, algunos “señores del dinero” parecen empeñados en poner en marcha los mecanismos de producción atizando un nuevo conflicto en Oriente Medio, lo que constituiría la IV Guerra Árabe-Israelí. Ante esta eventualidad, es preciso recordar que Europa no se juega nada esencial en ese teatro de operaciones y que, por tanto, no es necesario tomar partido ni por unos ni por otros.


El principio final a seguir en política internacional no puede ser otro más que el de reconocer en la soberanía nacional el principal baluarte y estímulo contra la globalización y reconocer que el gran riesgo de los pueblos libres es precisamente el romper con la globalización.


Y esta es precisamente la línea de E2000 en política internacional. A pesar de que unas propuestas de este tipo serían extensas, hemos intentado resumir en estas líneas, las posiciones esenciales que contribuirían a crear una línea política internacional coherente y aceptable, conveniente y decidida, para nuestro país.

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