Islandia consiguió acabar con un gobierno corrupto y
parásito. Encerró a los responsables de la crisis financiera en la
cárcel. Empezó a redactar una nueva Constitución hecha
por ellos y para ellos. Y hoy, gracias a la movilización, será el país
más próspero de un occidente sometido a una tenaz crisis de la deuda.
Es
la ciudadanía islandesa, cuya revuelta en 2008 fue silenciada en Europa por temor a que muchos tomaran nota.
Pero lo lograron, gracias a la fuerza de toda una nación, lo que empezó
siendo crisis se convirtió en oportunidad. Una oportunidad que los
movimientos altermundistas han observado con atención y lo han puesto
como modelo realista a seguir.
La historia de Islandia es una de
las más buenas noticias de los tiempos que corren. Sobretodo después de
saber que según las previsiones de la Comisión Europea, este país del
norte atlántico, cerrará el 2011 con un crecimiento del 2,1% y que en
2012, este crecimiento será del 1,5%, una cifra que supera el triple que
la de los países de la zona euro. La tendencia al crecimiento aumentará
incluso en 2013, cuando está previsto que alcance el 2,7%. Los
analistas aseveran que la economía islandesa sigue mostrando síntomas de
desequilibrio. Y que la incertidumbre sigue presente en los mercados.
Sin embargo, ha vuelto a generar empleo y la deuda pública ha ido
disminuyendo de forma palpable.
Este pequeño país del periférico ártico rechazó rescatar a los
bancos. Los dejó caer y aplicó la justicia sobre quienes habían
provocado ciertos descalabros y desmanes financieros. Los matices de la
historia islandesa de los últimos años son múltiples. A pesar de
trascender parte de los resultados que todo el movimiento social ha
conseguido, poco se ha hablado del esfuerzo que este pueblo ha
realizado. Del límite que alcanzaron con la crisis y de las múltiples
batallas que todavía están por resolver. Sin embargo, lo que es digno de
mención es la historia que habla de un pueblo capaz de comenzar a
escribir su propio futuro, sin quedar a merced de lo que se decida en
despachos alejados de la realidad ciudadana. Y aunque sigan existiendo
agujeros por llenar y oscuros por iluminar.
La revuelta islandesa no ha causado otras víctimas que los políticos y los hombres de finanzas. No ha vertido ninguna gota de sangre.
No ha sido tan llamativa como las de la Primavera Árabe. Ni siquiera ha
tenido rastro de mediática, pues los medios han pasado por encima de
puntillas. Sin embargo, ha conseguido sus objetivos de forma limpia y
ejemplar.
lunes, 12 de diciembre de 2011
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Los bancos son lo peor. Los bancos, los políticos actuales, las grandes empresas y los mercados financieros son los grandes parásitos del pueblo español.
ResponderEliminarEspaña se merece un cambio porque esto no es solo una crisis económica sino también una crisis moral y hasta que no cambien las condcutas de las personas sobre todo de los de arriba esto no se va a arreglar, por mucho que prometa el PP.
Un saludo a todos y ojala España siga el ejemplo de Islandia y nos fuésemos de esta Europa del Capitalismo que no es la Europa que debería de ser.